La primera relación mental entre
esta histórica fecha argentina y todo su significado, con el humor, podría ser
el papel jugado por los humoristas de aquel 1945, según la tendencia política
de los medios en que actuaban entonces. Pero no es esa la finalidad de este
comentario, sino evocar una coincidencia no buscada ni imaginada, que hubiera
podido ocurrirle a cualquiera de las publicaciones de esos años; algo que haría
bromear años después a su editor y director, que “esperaba que la salida de su
revista tuviera repercusión, pero nunca había imaginado que sería tanta”.
La “repercusión” de ese 17 de
octubre de 1945 fue real, claro que no la provocó precisamente la aparición de
la revista involucrada: “Don Fulgencio”, dirigida por el dibujante Lino
Palacio.
Coincidiendo imprevisiblemente
con fecha tan especial en un ámbito muy diferente al suyo, “Don Fulgencio”, con
el slogan de “la revista para todos los de la casa” tenía como jefe de
redacción a Néstor Osvaldo Parodi, quien en nombre del personaje que daba
título a la revista, se presentó a los lectores señalando:
“Cansado de ser un hombre de
negocios y en un amontonamiento de afanes que si algún momento de alegría me
proporcionaron es porque yo mismo lo busqué, pese a las actitudes imponentes y
solemnes de los directores de esas empresas a las cuales pertenezco, he
resuelto alojarme entre las muelles páginas de esta revista. Tripudio no lo
sabe, porque estoy seguro que a mi sola insinuación habría exclamado: ‘¡Ufa!
¡Lo que te faltaba, tío: ser periodista!’ Pero, como yo entiendo al periodismo
como algo superior y mucho más allá de lo objetivo y superfluo, para llamarlo
culto o doctrina, inclino lo que bien puede ser una vocación dormida en mí
hacia este aspecto: el que tiende, si no a hacer reír estrepitosamente, por lo
menos a quebrar con una sonrisa saludable la dureza del gesto cotidiano,
desdibujado por tantos factores
contribuyentes…”
Colaboraban en “Don Fulgencio”
los dibujantes Gordon, Rafael, Dobal, Andrino, Gigante, Guerrero, Vidal Dávila,
Evaristo de la Portilla,
J. C. Colombres –aún no utilizaba el seudónimo de Landrú-, Carlos Rodríguez y
Bourse.
El humor escrito estaba a cargo
de C. Manzoni, F. de Cossio, Roberto Valenti (Juancito Tacotorcido), Belgo,
Ignacio de María (Justiniano), Benigno Bravo, Homobono Bonhome, Santiago
Grispan (Pan-Gris), Isidro J. Garayo, Pirucha, Luis Canela, N. N. de las
Carreras, J. Rodriguez Pendás, León Benarós, Luis Pozzo Ardizzi, Freddy (Amram
Rubel), Roberto Tálice (R.A.T.), Héctor Gagliardi y Mariofelia (Tijereta).
La Dirección, Redacción y
Administración de la revista –cuyo último número apareció el 18 de junio de
1946- funcionaba en el octavo piso de la calle Sarmiento 643, en Buenos Aires.
Más de treinta años después, en un
reportaje para la revista “Gente”, su director y editor admitió haberse
equivocado:
“…Quise introducir un estilo de
humor que no tiene nada que ver con el estilo argentino. Era un estilo muy
parecido al de una revista española que se llamó ‘La Codorniz’.”
Siulnas
No hay comentarios:
Publicar un comentario