viernes, 29 de abril de 2011

A menudo, el humorista ha sido el mejor amigo del animal

No pocas veces, el humorista ha sido el mejor amigo del animal, resultando uno de los más importantes aliados de las sociedades proteccionistas, por la filosofía del humor, que es a la vez una filosofía de vida.
En su burla no exenta de humanidad hacia todo lo que se pone a tiro de su lápiz, el teclado de la computadora o la aún sobreviviente máquina de escribir, obviamente el humorista toma partido por el más débil, porque de lo contrario no habría humor, sino ensañamiento.
Entonces no ridiculiza al ciervo, que es la víctima, sino al cazador, que es el victimario; no ridiculiza al perro capturado, que es la víctima, sino al hombre de la perrera, que es el victimario; no ridiculiza al pavo, que es la víctima, sino al cocinero, que es el victimario…
El dibujante español Luis Bagaría solía decir:
-Mi intención en la caricatura ha sido humanizar a los animales y animalizar a los humanos…

EL MEJOR AMIGO
Tras la creación de Walt Disney, no ha habido en el mundo un ratón que no sea un poco el ratón Mickey.
El ratón es uno de los ejemplos típicos de animales perseguidos por el hombre que cuentan con la defensa de los humoristas. El indio Patoruzú, del dibujante Dante Quinterno, aparecía a menudo protegiendo a sus hermanos menores, entre los que los ratones ocupaban un lugar de privilegio. Un dibujo lo muestra sosteniendo con su cuerpo pedazos de mampostería que se están desmoronando. Varios ratones salen de su cueva aterrorizados, en tanto Patoruzú los tranquiliza:
-¡No se aflijan por la avalancha! ¡Yo l’aguanto, po!

Mariano Juliá es autor del argumento de una historieta publicada en el Libro de Oro Patoruzú 1943, donde el mismo personaje se dispone a festejar el cumpleaños de su hermanito, carneando un ternero. A último momento, estando ya maneado el animal, Patoruzú se enternece y desiste de su propósito, limitándose a comer galletas, en tanto miente a Upa:
-¡No sé, gurí, me parece que me resfrié de golpe y no viá comer más que gayeta!...

Las aves han tenido en el dibujante Sídoli, conocido entre otros, a través de su seudónimo Tito Sol, un enérgico defensor, como surge a menudo en el desarrollo en el desarrollo de la historieta Bicho y Gordi, que publicaba en la revista “Lúpin”. En una de ellas titulada “Bubi en acción”, este personaje aparece con una honfa gigante, lo que da lugar a confusas situaciones, que él aclara en un mnomento dado:
-¡No voy a cazar!... Con esto combatiré a los cazadores y defenderé a los pajaritos.

En otra historieta en que los personajes andan en busca den un perrito extraviado, tropiezan conm alguien que no quiere ni que le hablen de perros, originándose este diálogo entre Bicho y Gordi¨
-Dimos justo con uno que odia a los animales.
-¡Bah! Hay otros que sólo cuidan a su perro y luego salen a cazar y matan patos y pajaritos indefensos ¡Esos son peores!

Otro historietista argentino –José Miguel Heredia- hacía reflexionar a sus caninos personajes de Perro Mundo –tira que publicaba en “La Nación”- cosas como ésta, ante la presencia de un perro atacado de hidrofobia:
-El monstruo de Frankestein y el Hombre Lobo son un juego de niños comparado con el que crean los hombres cuando arrojan un perro a la calle.

EL APORTE DEL HUMOR ESCRITO
También son muchos los redactores humorísticos que se han ocupado de los animales, y en especial, de los perros. Uno de ellos –Carlos Raffo- decía en sus “Impresiones de un Marciano en Buenos Aires”, que publicaba en “Patoruzú”:
“…Hay en el planeta unos animalitos de nobles sentimientos, leales hasta el sacrificio y que sienten por los terráqueos una debilidad inexplicable. Los mismos terráqueos afirman que es el amigo más fiel. Suelen traducir sus estados emocionales moviendo un apéndice que comienza justo donde terminan. Pues bien, lo primero que hacen los terráqueos es rebanarle el apéndice, con lo cual pierden su natural expresividad.
Tratándose del mejor amigo, cualquiera supondría que son para él las mejores atenciones. Sin embargo, le dan una vida de perros. Los terráqueos se reservan las mejores comidas y las habitaciones más confortables. Al buen amigo lo relegan al fondo de la casa y lo alimentan con las sobras. Si por una u otra causa el noble animalito se les interpone en el camino, son capaces de ahuyentarlo a gritos y a puntapiés. No para ahí el bárbaro concepto que de la amistad tienen los terráqueos. ¡Imagínate que, además, lo encadenan, y tú lo sientes de noche ladrar a la luna su dolorosa cautividad!...”

Carlos Warnes, que popularizara el seudónimo César Bruto y su estilo plagado de faltas ortográficas, escribió entre otras cosas, refiriéndose al hombre de la perrera:
“…Yo quería desir de que mi gusto sería ser honbre de la perrera, no para andar con la cosa del laso apretándoles la garganta a los perro, sino para irles a dar alimento y educación, ques lo que presisan…”

HUMOR Y PROTECCIONISMO
Ya sea por la propia filosofía del humor, o por la manera de sentir de quienes lo cultivan, lo cierto es que esta forma de expresión inculca subliminalmente una recomendación básica de las sociedades protectoras: “sea compasivo con los animales”, recomendación que habitualmente suele leerse con la misma indiferencia que los carteles señalando “Prohibido fumar” o “No se apoye en la puerta. Es peligroso”.
Los publicistas y los políticos saben de la fuerza comunicativa del humor. Es probable que también hayan comenzado a darse cuenta de ello las sociedades protectoras; al menos una de ellas –la que fundara Domingo Faustino Sarmiento- distinguió en 1975 a una revista humorística –“Humorón”- “en reconocimiento por la cantidad de colaboraciones de esta revista que tienden a suscitar sentimientos zoófitos en sus lectores.”

“EL HUMORISTA ES EL MEJOR AMIGO DEL ANIMAL”
Con este título organicé en abril de 1983, precisamente en el Día del Animal, en el Museo de la Caricatura Severo Vaccaro, una exposición que reunió dibujos de Angel Aboy, Guillermo Almeida, Carlos Basurto, Nésdtor Battagliero, Anselmo Borello, Caloi, Gerardo Canelo, LuisCedres, María eresa Cibils, Coló, Ramón Columba (autor fallecido), Alberto Del Castillo, Jorge De los Ríos, Geno Díaz, Dol, Miguel Angel Escobar, Famax, Faruk, Eduardo Ferro, Alfredo Ferroni, Pedro Flores, Rubén Galusso, Carlos Garaycochea, Néstor González Fossat, Graciel, Guampiro, Guillermo Guerrero, Isaac Hunt, Néstor Ibañez, Landrú, Marcelo Lawry, Mario Lembó, Jorge Limura, José Liotta, Marcel, Manuel Martínez Parma, Maska, Héctor Mattiello, Francisco Mazza, Goyo Mazzeo, Eduardo Meléndez, Jorge A. Mercado, Mirco, Luis Ordóñez, Domingo Pace (fallecido), Beto Páez, Lino Palacio, Jorge Rubial, Alex Salas, José Luis Salinas, Siulnas, Héctor L. Torino, Victoriano y Vitrubio, realizándose en el transcurso de la exposición una mesa redonda con Almeida, Mercado y Páez, “y animales invitados”, en la que actué como moderador.
El desarrollo de esta experiencia quedó registrado en el Nº 4 del Boletín del Museo de la Caricatura Severo Vaccaro correspondiente a Abril – Mayo 1983, del que rescato la tapa a manera de ilustración para este homenaje a los animales en su día, que ojalá en todos los casos, lo fueran los 365 días del año.
Siulnas




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