domingo, 28 de junio de 2009

ANDRES CASCIOLI



Foto: Andrés Cascioli durante una visita al Museo de la Caricatura Severo Vaccaro, junto al Dr. Luis Fernández Vaccaro.



ANDRES CASCIOLI, fallecido el 24 de junio (como Gardel y Rodrigo, aunque unos cuantos años después que ellos), “argentino pero tano, de Avellaneda”, como él se definiera, habìa nacido en 1936 iniciando su actividad profesional en 1960, aunque no precisamente como caricaturista; comenzò dibujando historietas de guerra en publicaciones como “Casco de Acero”, “Maverick” y “Tucson”, desempeñando simultàneamente al poco tiempo, funciones de director. También por esa época participó en “Gente joven”.
Posteriormente se dedicó de lleno a la publicidad, hasta que decidiò independizarse y con un grupo de amigos formaron una agencia. “Y asì surgió la primer revista, que fue Satiricón”.
En “Satiricón” cuyo primer número apareció en noviembre de 1972, Andrés Cascioli figuraba como director estético y fue autor de algunas tapas controvertidas como la de “En boca abierta entran moscas”.
Tras la clausura del mensuario, Cascioli edita el quincenario “Chaupinela”, mostrando a partir de la primera tapa una ductilidad propia del dibujante publicitario que había sido por varios años, hasta que en diciembre de 1975 reasume sus funciones de director gráfico, al reaparecer, aunque por poco tiempo, la revista “Satiricón”, cumpliendo idéntica tarea en mayo de 1976, al aparecer “El Ratòn de Occidente”, de la que se desvincula poco después.
Dirige ese mismo año sin éxito, la revista de espectàculos “Perdón”; años después opinaría que su error “fue querer competir con una revista de espectàculo inteligente”. Codirigió “Rock Superstar” y finalmente, en junio de 1978 “sacó” “Hum®”, que según él “nació para mantener vivo, trabajando, a un grupo de gente inteligente que se quiere mucho entre sí”. A la sombra de “Hum®” nacerían “El Péndulo”, “Hurra”, “Hum® y Juegos” y “SuperHum®”, siempre bajo su dirección editorial.
En el catàlogo de una muestra de humor realizada en 1981 en el Teatro Municipal General San Martín se intentó una definición de la obra de este caricaturista:
“Los a veces monumentales originales de Cascioli son una galería viva de nuestras estupideces nacionales, sus torpes o ingenuos mentirosos, las figuritas repetidas desnudadas en su verdadero rostro…” Y se lanzaba una propuesta:
“Queden como testimonio perdurable de que en los años setenta –y los que siguen- como siempre, todo era cuestión de mirar bien y después animarse a pegar justo”.
Respecto a la que fuera su revista más exitosa –en gran parte por el compromiso asumido al aparecer- me preguntó en una oportunidad, Enrique Vázquez durante un reportaje radial, por qué yo, con mi trayectoria, no estaba en “Hum®”, respondiéndole que porque Cascioli nunca me había llamado, y yo nunca había ido a ofrecerme, algo que por otra parte, no hacía desde muchos años antes con ninguna nueva publicación (práctica que sin embargo resulta conveniente y necesaria cuando uno recién comienza en la profesión). Sin embargo, teníamos con Cascioli un buen trato, y la revista “Hum®” fue la que elogió con más entusiasmo, la aparición de mi Historia del humor gráfico y escrito en la Argentina; en un recuadro titulado “La resurrección de Eudeba” destinado a comentar el libro, destaca: “…Por eso hay que saludar con bombos, platillos y una orquesta entera, la aparición del primer tomo de Historia del Humor Grafico y Escrito En La Argentina”, correspondiente al período 1801-1939…” Y recomienda más adelante: “…El que se interese por este aspecto fundamental de la cultura nacional, no puede dejar de tenerlo. Y los que ya lo tenemos, quedamos a la impaciente espera del segundo tomo, que abarcará desde 1940 hasta 1985…”
Entre las posteriores propuestas de Cascioli, figuró “Humi”, una revista para chicos, que formaba parte de un proyecto de “hacer algunas publicaciones no conflictivas para respirar tranquilo y para adaptarme un poco al país”, según se sincerara en un reportaje para el periódico “Comunicàndonos”, señalando su deseo de no vivir como marginado.
Aunque la mayor parte de sus caricaturas las ha firmado con su nombre, Andrés Cascioli ha usado esporàdicamente los seudónimos de Andrew y Cas.

1 comentario:

Miguel Dao dijo...

Momentos tristes, estimado Siulnas.