domingo, 13 de septiembre de 2009

LINO PALACIO



Epígrafes de las ilustraciones: 1. Una de las últimas autocaricaturas de Lino Palacio; 2. Sus habituales personajes políticos en su original enfoque de la 2ª Guerra Mundial; 3. Sus principales personajes de historieta; 4. Una de las tiras de Don Fulgencio; 5. Tapa de "Billiken"; 6. Caricatura del Bandoneón mayor de Buenos Aires; 7. Una de las láminas para el Almanaque de IKA.



“Hacer sonreír es una obra de amor, y creo que nosotros al hacer lo que hacemos, estamos dando a la gente que nos rodea, unos momentos de sosiego, de paz, de tranquilidad, y además una sonrisa en medio de todo”, había dicho Lino Palacio al hablar en la inauguración de la nueva sede del Museo de la Caricatura Severo Vaccaro.
Por eso el título en primera plana de la edición de “Crónica” del 16 de setiembre de 1984, no podía ser más preciso: “UN CRIMEN QUE ESPANTA”…
Puñaladas por sonrisas… ¿Qué mente podía elucubrar tan descabellado trueque?
Era lógico que la noticia anticipada por la radio fuera resistida, esperàndose en vano una rectificación; alguno hasta pudo insistir en la negación de lo ya irremediable, al leer el lunes 17 en la lista de conferencias de la agenda cultural de algún matutino: “El mundo es un pañuelo”, por Lino Palacio, a las 19, en Viamonte 1560”. Pero a la inversa de lo que ocurría en “Hoy es mañana”, aquella película de René Clair en que Dick Powell recibía el diario anticipado que le traía el viejito Larry, el lector desprevenido se habrá encontrado con que la información del día había perdido vigencia en la víspera -¡cosas de las secciones periodísticas que se preparan con antelación!-, porque en la víspera, más precisamente en la mañana del domingo 16, se rendía un póstumo homenaje al dibujante en el cementerio de la Recoleta.
Fue hace 25 años: la proximidad de la primavera hacía que varios pájaros perturbaran la solemnidad del acto gorjeando impertinentemente. Algunos de los presentes alzaron la vista mirando a las aves con fastidio, pero Lino Palacio, desde esa otra dimensión en la que nos siguen acompañando quienes han dedicado su vida a producir alegría al prójimo, sonrió… y con su sonrisa aprobó la conducta de los pájaros, porque como él mismo lo dijera, no le gustaba la solemnidad.
Y de pronto pareció como si el cortejo se desdibujara y surgieran nítidos Don Fulgencio, Avivato, Tarrino, Radragaz, Ramona, Tripudio, Doña Tremebunda, Liberata, Fernendez, Don Sensato, Pochito, Armandata, Pitín y otros personajes menos recordados, para contarnos la historia de su nacimiento desde el comienzo, desde aquel 14 de febrero de 1914…

UNA AMBICION INFANTIL
Tenía entonces Lino 10 años y ya su mayor ambición era dibujar en “Caras y Caretas”, revista que justamente en la fecha aludida lo acogió en sus páginas infantiles, complementando el aliento que le brindaban sus padres, quienes obtuvieron el eterno reconocimiento del caricaturista:
“-Alimentaron mi gusto por el dibujo no poniéndome límites; las paredes de mi casa recibían esas ganas y mi padre se cuidaba de borrar esos dibujos. Siempre que pintaba la casa lo hacía hasta la altura que yo llegaba; de allí para abajo era mi terreno”
Su actuación profesional como dibujante comienza a principios de la dècada del 20, en que con un grupo de amigos, entre los que figura el autor de tangos Adolfo Rosquellas, funda la revista “El Cuco”, y aunque por esos años está cursando estudios en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Nacional de Buenos Aires, también colabora en las revistas “Atlántida” y “Don Goyo”,
En 1930 crea para “La Opinión” su primer personaje, Ramona, que desaparecerá junto con el diario, y un año después realiza Bolita para el suplemento infantil de “La Prensa”, medio en el que algunos años después iniciará su personaje “universal”, Don Fulgencio, que posteriormente se publicará en “La Razón”

EL HUMOR POLITICO
En el último diario mencionado, Palacio –con el seudónimo de Flax- ya estaba haciendo humor político internacional a partir de la segunda guerra mundial:
“-Como soy esencialmente un pacifista no tomé partido por ninguna de las partes –afirmará después-. Esto me permitió hacer dibujos contra la guerra manteniéndome a la distancia necesaria para todo humorista político”.
La permanente jovialidad del veterano dibujante, mereció en 1950 la siguiente definición del periodista Silvestre Otazú:
“Tiene el físico de quien ha entregado lo mejor de sus energías al deporte. De tan quemada, su tez tiene esa opacidad de los hombres a quienes una permanente exposición al sol les ha arrancado hasta la última partícula de grasa…”
Característica que también hará resaltar en mi revista “Humorón” en 1974, el humorista Dardo Ruiz Diaz en el estilo irreverente de sus reportajes, al afirmar que “según la última de las teorías, han existido varios Lino Palacio a través de la historia. Una especie de Fantomas que viene ocultando su desaparición y perpetuándose en sus descendientes, que adoptan el nombre, las ropas y las costumbres –buenas y malas- de su antecesor”.
Ni hubo “varios Lino Palacio” ni se perpetuó; en el postrer instante del último adiós los integrantes del cortejo desalojan a los personajes que nos ayudaron a recorrer la trayectoria del dibujante, y aunque es un día de sol pleno, vienen a la mente aquellos versos suyos qie integraban el soneto “Día gris”:


“…Han pasado una goma de borrar
sobre todas las cosas. Pareciera
que el cielo en su indolencia mañanera
se ha bajado a la tierra a descansar…”


Don Fulgencio, Avivato, Tarrino, Radragaz, Ramona, Tripudio, Doña Tremebunda, Liberata, Fernendez, Don Sensato, Pochito, Armandata, Pitín y otros personajes menos recordados ya no están allí porque han ido a retomar sus puestos en los cuadros de historieta, para demostrarnos –como alguna vez lo afirmara Nicolás Olivari- cuánto hay de cierto sobre sus “existencias inmortales”.Oscar Vázquez Lucio (Siulnas). Leído en la Academia Porteña del Lunfardo en la sesión plenaria del sábado 5 de setiembre de 2009.

3 comentarios:

Miguel Dao dijo...

Esa lámina de almanaque es toda una revelación para mí. Tiene más, maestro?

Siulnas dijo...

Hay doce láminas destinadas a ensalzar las virtudes del Jeep y la Pick-up IKA, y por un almanaque dibujado en el fondo de una de las escenas, cabe presumir que el almanaque fue realizado en el año 1958. La lámina publicada en este blog lleva los siguientes versos:
-En el campo había una flor
y allí la estaba olfatiando
un seguro servidor...
-Mariao por el olor
yo le canto ¡Contraflor!
y estoy viendo que se achica...
-¿Esa indireta me indica
que el mozo me está cargando?
¡Yo, cuando cargan, me agrando,
igual que mi Pick-up IKA!

Por ahora es todo lo que puedo revelarle.
Siulnas

Miguel Dao dijo...

Me despertó el apetito, maestro!!!