Nos informa María Wernicke
(http://mariawernicke.blogspot.com * http://mariawernicke.com.ar):
Desde hace un tiempo, tres espacios que nuclean a varios dibujantes e ilustradores; la ADA -Asociación de Dibujantes de Argentina-, Foro de Ilustradores de Argentina y Banda Dibujada, venimos trabajando en algunos temas que nos importan a muchos colegas.
En esta oportunidad nos movilizamos para que sean revisadas las bases de los Premios Nacionales.
Invitamos a todos aquellos que estén de acuerdo con esta nota, a hacernos llegar su apoyo, antes del 29 de Febrero, por mail a: dibujantestrabajando@gmail.com
Por favor, poner en el ASUNTO: Revisión Bases Premios Nacionales.
En el cuerpo del mail, nombre, apellido, documento, nacionalidad y actividad a la que se dedica. A quien no se dedique a alguna profesión relacionada con el mundo editorial, le sugerimos poner “lector”.
EL MOTIVO DE ESTE JUSTIFICADO PEDIDO
Nuevamente la imagen queda afuera de la cultura argentina.
Para alegría de todos, en 2011, Argentina recuperó sus Premios Nacionales a la producción científica, artística y literaria. Premios que vuelven a reconocer a los hacedores de la cultura nacional.
Ver: http://www.premiosnacionales.gob.ar/bases-e-inscripcion
Sin embargo, dibujantes, ilustradores, historietistas, narradores visuales y verbo-visuales, vemos empañado este reconocimiento por no estar contemplada de ninguna forma nuestro papel en la literatura como narradores.
Este año, entre los cuatro rubros, se incluyen cuatro opciones para LETRAS: poesía, novela, literatura infantil y cuento o relato.
Nuestro desconcierto aparece cuando en “IV. Bases particulares de admisión Premios Nacionales / Artículo 17 / Grupo A / Punto d)” se especifica lo siguiente:
“En la especialidad Literatura Infantil, para la evaluación de la obra, sólo se tendrá en cuenta el texto literario, no se considerarán las ilustraciones que lo acompañan.”
Si consideramos que la literatura infantil, en la mayor parte de los casos, es ilustrada, este desconsideración no sólo no tiene sentido sino que, además, parece demostrar ignorancia por parte de quienes han elaborado las bases, y pretenden que un jurado lea sólo el texto cuando la mayoría de las veces las ilustraciones no son decoración sino parte de un componente narrativo que suma, acerca y sensibiliza a los niños (y a los lectores en general) a la par de la palabra escrita. Es el caso de la historieta, los libros álbum y la novela gráfica: la ilustración no sólo acompaña un relato multiplicando sus significados sino que es inherente al género.
Es curioso que en nuestros días siga sin asumirse que hay muchas y nuevas formas de hacer literatura, entre ellas, las nombradas anteriormente, y más allá de que en los créditos se aclare que la obra fue realizada por un escritor y un ilustrador, palabra e imagen se vuelven indivisibles para la comprensión de la obra.
Es probable que en algunos casos se pueda separar el texto de la imagen y que cualquiera de los dos lenguajes funcione con autonomía, sin embargo, si el libro fue concebido como totalidad y haciendo uso de distintos discursos para construir la narración, quitar o aislar una de sus partes será el equivalente a leer una novela por la mitad, o salteando capítulos, o como evaluar la calidad de una mesa sin una de sus patas.
Por todo lo expuesto, creemos que es fundamental leer la obra como un todo en el rubro literatura infantil.
Por todo lo expuesto, creemos que es necesario revisar el Artículo 17 / Grupo A / Punto d, no solo para no marginar a quienes trabajamos a la par de los escritores, sino para evitar la previsible injusticia de que por libros hechos en completa, total y reconocida coautoría, sólo uno de los legítimos autores (el escritor) reciba su galardón, mientras el otro legítimo autor (el ilustrador) mira desde la platea.
Por todo lo expuesto, creemos que es hora de que se reconozca nuestro rol en la cultura argentina y en la formación de las nuevas generaciones de lectores.
No buscamos reconocimiento artístico como pintores, ni dibujantes, ya que todo eso se contempla en otros rubros, pero sí creemos que como narradores visuales deberíamos estar incluidos en la disciplina “Letras”, aún más cuando a esta altura del siglo XXI, tanto simples lectores como teóricos especializados reconocen como una absoluta obviedad que palabra e imagen funcionan juntas.
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