Alberto Castillo adquirió fama y pasó a la historia del tango como “el médico cantor”. Se ve que era el único que cantaba, en su profesión, sino sería “uno de los médicos cantores”.
Como ocurre en nuestra profesión de humoristas gráficos;
Allá por los años 50 alternaba su labor de dibujante, como pianista y cantor, Jorge Sturla, cuyas caricaturas se publiocxaban entre otras, en las revistas “Radiofilm”, “Pobre Diablo”, “Continente”, “PBT” (2ª época), “Popurrí” y “Avivato”.
A fines de la década del 40, Faruk (Jorge Palacio) cantaba tangos en Mar del Plata en el conjunto de Ángel Danesi.
El titular de este Blog confió en el Café Tortoni a un público muy interesado en escucharlo, “Por qué soy humorista en vez de cantor de tangos”, precisamente “ilustrando” su charla (doblemente ilustrada porque también hacía dibujos “relámpago”) con pasajes de tangos que cantaba acompañándose él mismo en guitarra.
Otros humoristas aportadores al tango, aunque sin poner su voz, son Héctor L. Torino, que en su juventud compartía el dibujo con el violín que ejecutó en varias orquestas típicas, y actualmente, Tute, hijo de Caloi, escribe letras para “Tangos Nuevos” que musicaliza Hernán Lucero, quien canta mientras Tute dibuja, en el Café Rivas de Estados Unidos 302, en San Telmo.
Pero vamos a quien origina en esta oportunidad todo este comentario: Manuel Cativa, dibujante humorístico, publicista y actor, a quien en este último rol muchos recordarán como el protagonista “masculino” del sketch televisivo “Los Polonios” (el protagonista “femenino” era el famosísimo Pepe Iglesias “El Zorro”).
El pasado domingo 21, Cativa hizo su debut como cantor, en San Pedrito y Ramón Falcón, Séptimo Arte ex La Maga.
Como para que todos podamos disfrutarlo, nuestro colega José Massaroli tuvo la precaución de poner el video en http://www.youtube.com/watch?v=EVQTvjd4zdc
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