Tiempo atrás, desde un rincón de Córdoba, una revista se lanzó a la admirable aventura de mostrarnos su provincia a través de uno de los ángulos que siempre la caracterizó: el humor.
Había nacido “HORTENSIA”, pionera del humor localista. Ese humor despejado e inteligente, que incita a la sonrisa fresca y la carcajada desintoxicante.
Los argentinos habíamos encontrado en sus páginas un himno a la ironía informal y la creatividad. Es por eso que a esta altura del partido “HORTENSIA” se nos convirtió en un vicio, un vicio que todos necesitábamos.
Claro que a muy pocos se les hubiera ocurrido pensar que una nueva revista dedicaría sus páginas a una zona como la del Oeste de Buenos Aires. Pero había nacido “HUMORÓN” y (desgraciadamente es muy tarde para evitarlo) resolvió lanzarse de lleno a una aventura muy similar. Por eso HUMORÓN, identificada un poco como la hermana espiritual de HORTENSIA, decidió entrevistar al principal culpable de la susodicha: Alberto A. Cognigni, director del formidable pasquín.
HUMORÓN.- ¿Cuánto tiempo duró la idea de hacer HORTENSIA antes de llegar a concretarse?
COGNIGNI.- HORTENSIA nació luego de un prolongado embarazo de dos años.
H.- ¿Cuál era su principal propósito?
C.- Rescatar el humor propuesto por Córdoba y traducirlo de lo auditivo a lo escrito, como testimonio de que lo regional puede tener características que lo aproximen a lo universal. No es nada nuevo eso y menos en humor.
H.- A propósito, hablemos de ese humor cordobés tan especial. Usted como digno representante de ese humor, ¿qué puede contarnos acerca de eso?
C.- Eso de “digno representante de ese humor”, no lo pongas, negro, que a veces hago la plancha en la mufa.
H.- Bueno, rectifico. ¿Qué podría decirnos del humor de Córdoba como digno cordobés?
C.- Es cierto que los cordobeses tenemos un humor muy particular. Yo diría que es profundamente subjetivo y que participa en muy buena medida de un estilo en la forma de vivir de los cordobeses.
H.- ¿Considera que ese humor es un tanto chauvinista?
C.- De ninguna manera. Es un humor identificable, pero no por chauvinista, ya que no le da siempre el mejor rol al tipo local “en contra de otras provincias”; generalmente el cordobés se carga a sí mismo y acepta las reglas del juego ignorando la interpretación agresiva que pueden suscitar ciertos dichos y ciertos apodos.
H.- Claro que hay ciertas excepciones donde el turista, por ejemplo, sale mal parado, ¿no?
C.- Lógico; a veces se hacen chistes donde el turista aparece como víctima, pero es puramente anecdótico y serrano y poco habitual.
H.- ¿Es cierto que cualquier inocente diálogo callejero puede llegar a ser un libreto abierto?
C.- Los diálogos callejeros tienen mucho que ver para motivar un espíritu de la gracia cordobesa, pero como lo aclaré en una “Carta al que lee”, no hay que suponer la presencia permanente y enloquecida del humor en las calles y los sitios divertidos de Córdoba, donde el “humorista profesional” recogería los frutos de tanta dedicación. Eso diseñaría una ciudad menos cuerda que alegre y, según se sabe, Córdoba propone muchas cosas más aparte de su humor. (Ver “Cordobazos” y otras puebladas).
H.- HORTENSIA ha ido evolucionando a través de su corta vida; un progreso que fue proporcional a la aceptación de un público cada vez más amplio. Es decir, que al contrario de los primeros números, el esquema actual de la revista, de a ratos denota una intención que trasciende de lo meramente humorísticvo para brindar un aspecto intelectual y humanista antes desconocido. Es decir, poco a poco, HORTENSIA va revelando una profundidad de criterio difícil de encontrar en algunas revistas que realmente intentan ser serias.
Sin embargo, obviamente HORTENSIA jamás relega su verdadera misión (el humor; en constante y paralela evolución) a un segundo plano. Por eso me atrevo a preguntar ¿Cuál es la actual intención del director para con la revista y qué HORTENSIA desea hacernos llegar de ahora en adelante?
C.- Esta pregunta está bien hecha. Ni una declaración de propósitos de HORTENSIA hubiera sido más clara, y creo que la respuesta está enancada en la misma pregunta. Todo eso es cierto y el propósito del director (o como se llame) sigue siendo el mismo.
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1 comentario:
Muy buena nota....Saludos....Osvaldo
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