Así como otros personajes de historieta infantiles escribían en las paredes “viva Boca” o “River campeón”, Alelí, el personaje que allá por 1938, el dibujante Manuel Alejandro Martínez Parma, publicaba en la revista “Figuritas”, escribía “Las Malvinas son argentinas”; y cuando el personaje no tomaba la iniciativa, el mismo Parma se encargaba de que apareciera un cartel con la frase, en alguno de los cuadros de la historieta.
En Martínez Parma fluctuaba permanentemente su sentido del humor y su sentimiento patriótico pero no el que se utiliza a menudo con fines demagógicos, sino el auténtico, el que surge junto con su humor, en cartas personales como una que desde Villa Gesell –donde solía pasar largas temporadas, le hiciera llegar en noviembre de 1980 a quien fuera primero su admirador (su libro de lectura de 4º Grado estaba ilustrado por Parma), luego su discípulo y finalmente su amigo, el dibujante Gerardo Canelo. Los dos párrafos que se transcriben a continuación confirman por sí solos lo antedicho:
“De tanto en tanto me siento atento a orillas del Atlántico mirando las olas para ver si aparece flotando alguna botella arrojada por algún náufrago con su mensaje pidiendo auxilio o con su dirección para que lo vayan a censar… Otras veces también me siento a orillas del Atlántico pero en otro lugar más alto para mirar más lejos, al horizonte, hacia el este, esperando, esperando y miro a lo lejos, siempre al este, miro y espero, espero y miro, miro y espero que los ingleses nos devuelvan las Malvinas…”
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